jueves, 7 de noviembre de 2013

Ciega pero viendo

Hay veces, que experimentas cosas sin quererlas, que haces cosas que antes no habías hecho, y eso provoca una sensación, nueva, extraña.
Hoy podría decirse que me ha ocurrido algo así. Como mi cuerpo ha decidido dotarme de la cosa más absurda que puede existir pero que fastidia mucho, pues no puedo ir a la piscina debido a lo que se podría nominarse como que me pica un pie. Así pues no he podido hacer deporte en dos semanas, a parte de que ultimamente me muevo poco, y eso conlleva a que (a pesar de que algunos y algunas me matéis por decir esto) estoy más gorda. Y sí, se puede probar y no solo con ese aparato del demonio que mide el peso que es una fuerza en kilogramos, sino que ayer, tan normal me puse unos pantalones que llevaba el año pasado, y bueno... como que no suben, ni cierran...

Así pues hoy, con toda la motivación del mundo me dispuse a ir hasta los pinos a buscar a mi madre que salia de trabajar de cerca de allí con el objetivo de moverme un poco. Y con esa idea, cogí los cascos, mi mp4, y me dispuse a andar a paso del mio (no admisible para abuelitas ni gente que se canse al alcanzar la velocidad de la luz) y estar manteniéndolo unos 25 minutos hasta alcanzar mi objetivo. Así que con esas y con música salí a la calle. Puede sonar un tanto raro que llevase música cuando yo no soy muy amante de ella, pero sin embargo, hoy estaba motivada y no sé, me dio por ahí.

Pues eso, que iba por la calle yo andando tan tranquila con la musiquita y era muy muy raro, era la primera vez que iba con música por la calle, y creo que no está muy lejos de la última, porque me sentía ciega, casi me atropella un coche y todo por eso, porque a pesar de que llevaba las lentillas e iba mirando, no veía del todo. Y claro, luego al quitarme los cascos comprendí que cuando voy por la calle no solo uso la mirada, sino que es como si viese en todo el alrededor mio, porque con solo escuchar se si me sigue alguien, si viene un coche, una moto, un niño en bicicleta, cuán lejos están de mi, si se alejan o se acercan, etc. y todo eso con la música se eliminaba y tan solo era capaz de percibir lo que veían mis ojos...

Si tuviese que describir la sensación, a parte de incómoda y rara, yo diría que era como la que ve una película con el volumen a cero, o la que va por la calle con un ojo tapado, es decir, que te pierdes la mitad de las cosas, así que bueno, una vez más en oposición al amor de la música, he de decir que sí, que está muy guay porque vas montándote tu propio videoclip a medida que andas, y que escucharla de vez en cuando en casa motiva o relaja, pero que realmente, en la calle, prefiero escuchar los coches, motos, el viento, y los pájaros antes que ir aislada del mundo con unos cascos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario